viernes, 4 de octubre de 2013

Empezar con buen pie


Como hemos comentado anteriormente cuando queremos iniciarnos en el mundo del running una parte fundamental es la equipación, en concreto las zapatillas. Estás serán las que nos harán amar este deporte u odiarlo, sobre ellas recae gran importancia de nuestro rendimiento. Escoger nuestro calzado es algo que requiere tiempo, aunque a simple vista pueda parecer sencillo, no lo es tanto. Entra en juego una gran variedad de factores:


1. Ajuste: Nuestras zapatillas deben tener el ajuste adecuado a nuestro pie. Un exceso de este, o por el contrario, una zapatilla que carezca de ajuste puede provocarnos serios daños en nuestros pies. Hay que intentar buscar el equilibrio. Se dice que medio centímetro entre el pulgar y la puntera de la zapatilla es lo ideal


2. Atadura: Debemos escoger bien el tipo de atadura, ya que de ello dependerá un mejor o peor ajuste. Podemos escoger diferentes tipos de ataduras: en escalera, cruzados por fuera, cruzados por dentro o saltándonos algunos ojetes. En definitiva hemos de decidirnos por la atadura con la que nos sentimos más cómodos y nos sujete mejor el pie.



3. Uso: Otro factor muy importante es el uso que le vamos a dar. Hemos de ser conscientes de la repetición de nuestros entrenamientos, y sobre todo el terreno en el que vamos a entrenar. Dependiendo de un terreno u otro, asfalto, pista, tierra, necesitáramos suelas con características diferentes. Un uso inadecuado podría provocar desgastes innecesarios en nuestras zapatillas. Más adelante también deberemos empezar a escogerlo dependiendo si es para competir o para entrenar.


4. Físico: Hay que tener en cuenta nuestro físico. El peso influye mucho en el tipo de calzado que necesitamos, cuando mayor sea nuestro peso más amortiguación necesitaremos. Así que es importante escoger nuestra zapatilla en función de nuestro peso.


5. Pisada: Es uno de los factores también importantes, por eso debemos prestar especial atención al tipo de pisada que tenemos. Podemos ser pronadores, neutros o supinadores. La pronación ocurre cuando el pie apoya el peso de nuestro cuerpo hacia el interior del pie. La supinación es justo lo contrarío, cuando nuestro peso recae hacia el exterior del pie, y finamente la neutra es cuando el peso queda repartido por todo el pie.




Teniendo en cuenta estos cinco factores ya podremos dar con nuestra zapatilla ideal. Cabe decir que siempre debemos dejarnos asesorar por los especialistas cuando vayamos a la tienda a escogerlas.


Para acabar os dejó un vídeo con un pequeño truco para que vosotros mismos podáis comprobar en vuestras casas el tipo de pisada que tenéis.