viernes, 8 de noviembre de 2013

Nuestro cuerpo es vago por naturaleza


La mayor de las dificultades de empezar a correr, es mentalizarse de que el sufrimiento hará acto de presencia en la mayoría de nuestros entrenamientos, y más aún en nuestros inicios. Muchos corredores se quedan a medio camino de pasar de un corredor esporádico ( 1 vez o 2 cada 15 días) a convertirse en un corredor regular. Esto es debido a la poca capacidad de sufrimiento, ya que la recompensa que obtendremos a cambio es puramente satisfacción personal y para muchos no es suficiente. La mayoría quiere obtener resultados prematuramente y además sin tener que sufrir, algo prácticamente imposible.

Debemos ser conscientes que para una persona que nunca haya corrido o que hace mucho que no sale a correr, empezar a correr cómo habito, supone un cumulo de cambios en su cuerpo, al cual no está acostumbrado. Conseguir el habito de correr, supone la adaptación del cuerpo y por supuesto, la posterior y sufrida mejora física .Pero esto no es tan sencillo, las primeras veces que salgamos a correr, conforme vayan pasando los minutos la fatiga muscular empezara hacer presencia, a la vez que nos costará más esfuerzo oxigenar bien. Es entonces cuando no disfrutamos y empezamos a sufrir. 

Por esta razón, cuando nos decidimos a correr y nos marcamos un primer objetivo, por ejemplo correr durante 30 minutos, puede pasarnos dos cosas. La primera es que obtengamos una relación de amor odio con este deporte. Es decir pese a sufrir mucho durante los primeros días, al final del entrenamiento tengamos ganas de volver a salir de nuevo. La segunda es que ese sufrimiento inicial sea suficiente como para decidir que esa será nuestra última vez. 

Entre estas dos opciones la mente es la que nos ara optar por una o por otra. Ahora el factor psicológico juega un papel importante para nosotros y es el que nos hará decidir entre calzarnos la zapatillas ese día o mejor sentarnos al sofá hacer zapping. Nuestro consejo es que no le deis tiempo a que nuestra mente nos plantee dudas, en el momento en que aparezcan, actuar, no os lo penséis, coger las zapatillas y salir, porque si le dais un minuto para reflexionar acabaréis por quedaros una vez más en casa. Debéis tener en cuenta que el cuerpo es vago por naturaleza, aunque suene descabellado. Os podemos asegurar que la satisfacción que tendréis si os decidís a salir será muy gratificante y os tomaréis el día con más energía y más buen humor. 

Si conseguís superar estos inicios duros, los resultados no tardarán en aparecer, este deporte es muy sacrificado pero también sabe recompensarnos cuando trabajamos duro.

Esperamos que nuestro consejo os sirva para no rendiros nunca.

Un saludo y kilómetros.